lunes, 25 de enero de 2010

La Clase. Reflexiones comunes.(y III)


Desde el punto de vista del docente, se puede considerar que François es un buen profesor, pues intenta relacionarse con sus alumnos de una forma cercana, aunque también mantiene cierto margen de autoridad.


Para tratar con ellos, intenta acercarse a sus problemas, conocer a su familia, y tratar de contestar a las dudas y ruegos razonables de los alumnos.Pero también, aparece muy bien reflejada en el protagonista una dualidad de carácter que se mueve entre dos ámbitos. Por un lado el profesor refleja el querer conseguir algo de sus alumnos, a pesar de las conductas disruputoras de la clase, y los problemas de actitud de algunos de ellos, y por otro lado, la desesperación ante estas conductas, que unido al apoyo por parte de otros profesores más tradicionalistas, hace que se lleven a cabo acciones de forma algo extrema contra uno de ellos.

La película plantea cómo a menudo la falta de recursos contra las malas actitudes en clase hace que el profesorado se sienta impotente a la hora de negociar con los alumnos. Una situación que a la vez es extremista en ambos sentidos, por que un error en un alumno podría acabar en la expulsión directa, pero a la vez, el docente, ante un error propio, también se siente desprotegido y amenazado por un expediente disciplinario.

Una situación que deja al profesorado entre la espada y la pared, y que elige salvarse a sí mismo antes que a los demás, lo que es por otro lado, una actitud muy humana.

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